15 de diciembre de 2010

Morente en la noche interminable



...en los brazos de la noche quisiera morirme...

Año 1986. Cuenta la leyenda... reciente leyenda... que un productor musical español (Manolo Díaz, presidente de CBS España) se citó con Leonard Cohen; quería convencerle para participar en un disco de Homenaje a Federico García Lorca, al cumplirse 50 años de la muerte del poeta. El disco, a la postre se llamaría “Poetas en Nueva York”.

Cuenta la leyenda... que Manolo Díaz llegó temprano a la cita... pensando cómo iba a explicarle a un artista internacional de la talla de Leo Cohen quién era Federico García Lorca... que nació en un pueblecito de Granada... en España... que fue poeta... y que queríamos hacerle un homenaje... y... esto... ¿quiere usted participar?

El encuentro comenzó, o eso cuenta la leyenda... El Sr. Cohen, muy educado, aguardó en silencio mientras el productor le iba diciendo cosas de la vida de Lorca... de sus poemas más conocidos, de los otros músicos del proyecto... que si la aurora de Nueva York gime... que si primero tomaremos Manhattan, y después conquistaremos Berlín... presentándole paso a paso, verso a verso, pequeños trocitos de Federico.
Viendo que Cohen se mantenía en silencio, Díaz siguió hablando, dando más detalles cada vez sobre Lorca... verde viento, verdes ramas... Fuentevaqueros... palomas, lunas de plata y muerte...

Cuenta la leyenda que al terminar toda la explicación del productor, Leonard Cohen guardó silencio unos segundos más, y luego le hizo una pregunta que descolocó a Manolo Díaz:
-          - ¿Tú sabes cuál es el nombre de mi hija? – dijo Cohen.
-          - No... respondió Díaz, pensando seguramente “esto ¿a qué viene?”.
-          - Lorca.
-          - ...

 
Pero esto es tan solo una leyenda.
La realidad es que tras 150 horas de estudio y traducción por parte de Leo Cohen, Pequeño vals vienés se transformó en Take this Waltz, y tras ser grabada en París, el disco salió al mercado en noviembre de 1986.

Diez años después, Enrique Morente se reúne con Lagartija Nick, Vicente Amigo, Cañizares, Tomatito... y graban la joya OMEGA. Cantando a Federico García Lorca y Leonard Cohen. El disco incluye Pequeño vals vienés y una nueva versión del Aleluya de Cohen.

Morente se va removiendo mi espíritu, se va con su reloj molesto, con su genio creador y nos deja una estrella brillando.  

Cuando estaba en prisiones, se entretenía 
en contar los eslabones que su cadena tenía.
Ahora, Enrique Morente estará soñando que no duerme nadie... por el cielo nadie... como en la noche interminable... para poder irse tranquilo... colocando un hombro donde solloza la muerte.
 
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.
Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.

...y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.


Hoy seguro que Enrique, Federico y un tal Jeff Buckley están cantando un Aleluya a las puertas del Cielo. 
And it goes like this... 

9 de diciembre de 2010

Verrà la morte e avrà i tuoi occhi

Cesare Pavese. 
Recita, Vitorio Gassman.
a D. Juan... una eternidad para tu alma.




Verrà la morte e avrà i tuoi occhi-
questa morte che ci accompagna
dal mattino alla sera, insonne,
sorda, come un vecchio rimorso
o un vizio assurdo. I tuoi occhi
saranno una vana parola
un grido taciuto, un silenzio.
Così li vedi ogni mattina
quando su te sola ti pieghi
nello specchio. O cara speranza,
quel giorno sapremo anche noi
che sei la vita e sei il nulla.

Per tutti la morte ha uno sguardo.
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi.
Sarà come smettere un vizio,
come vedere nello specchio
riemergere un viso morto,
come ascoltare un labbro chiuso.
Scenderemo nel gorgo muti.


 
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
esta muerte que nos acompaña
desde el alba a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo. Tus ojos
serán una palabra inútil,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh, amada esperanza,
aquel día sabremos, también,
que eres la vida y eres la nada.

Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como dejar un vicio,
como ver en el espejo
asomar un rostro muerto,
como escuchar un labio ya cerrado.
Descenderemos al abismo, mudos.