Se preguntaba Carlos Vitale en La descortesía del suicida:
"¿por qué será que el espejo me devuelve la mirada?
Sus razones tendrá".
Sus razones tendrá. Ahora, en este caso, el pintor debe de tener una sola razón.
Y no sé qué sola razón tendrá este artista (o esta artista) para haber elegido un poema entre miles posibles.
El caso es que acabo de saber que un pintor -o pintora- dio color a un poema mío, para la
exposición Poemas Pintados (Baños Árabes, Jaén, 2017), muestra del Taller de Pintura de la pintora jiennense Teresa Ortega. Es todo un
privilegio y me sigo preguntando qué sola razón tendrá ese pintor. O pintora. Si alguien le conoce, que me lo diga...
Esta es la pintura, que he podido ver en un vídeo del proyecto colectivo. No sé qué sola razón habrá surgido ni dónde habrá leído mi poema... la cuestión es que logra reflejar la atroz soledad que representa simbólicamente una silla vacía.
Curiosamente, este poema ya fue puesto en valor con la tremenda ilustración de la polifacética artista granadina Teresa Mundo. Teresa Mundo es diseñadora gráfica, ilustradora y pianista con magia entre los dedos.
El poema en cuestión, con la exquisita maquetación artesana deTeresa Mundo.
