22 de junio de 2020

sssssss...


Se deshace el pasado entre los dedos de mi memoria vieja.
Sisea un acorde menor que nos anuncia el final,
se repite cadencioso... y parece que nadie lo escucha.
Suena a fúnebre de Chopin,
suena a campanas enlutadas,
suena a ciprés, cruz y losa. 

Se acerca y revela su fatalidad certera como una flecha fugaz.

Somos seres vulnerables.
Somos el escorpión sobre la rana
saboteando la vida, descuidado,
sin mesura, rotundo y devorador.

Surge una melodía distinta... ¿de dónde viene?
¿Sólo yo la escucho?
Satie no es, es otra cosa...
Silba un pájaro de voluntades, una caricia naciente en Re Mayor
sostenido se resuelve, premonitorio,
sarabanda de alegría, es un Aleluya...
son sueños enlatados en latidos por cumplir,
son un amor, tal vez; una orilla.
Son una raíz. Un abrazo desmesurado.
Son una esperanza recorriendo la tierra.