28 de diciembre de 2016

BALANCE 2016


Todo empieza aquí.
Enero comenzó con doce rodajas de plátano canario en Nochevieja... promesa de futuro incierto. Antes de jugar, hay que dejar en manos de la suerte muchas cosas. Enero comenzó con Ansu y "nuestra visión, nuestra propuesta, que no fue otra que esta: el arte de vivir no es ganar, ni ganarte, es compartir: comparte". Extraño animal el teatro... que muerde a quien le alimenta.
Febrero fue sementera y comienzo... esperando el mensaje de Hermes que dijese: "Debes irte: Ítaca te espera".

Me apoderaré del destino
agarrándolo por el cuello.
No me dominará.
L.V. Beethoven

Febrero fue despedida... febrero dijo adiós... y yo también.
Marzo se me vino encima. Silencioso, abrumador. Y de repente... Ítaca.
Sólo con el impulso de las alas de un nuevo Ícaro se puede alcanzar la nueva raíz de Ítaca.
Abril floreció entre pinares y libros.
Mayo nos jodió con las flores. Visité al Tritón y volví a casa. Llegó la luz.
Junio... extrañamente azul.
Julio de etnosur, sin etnosur. Cambié el Etno por el Soul.
Agosto desértico y en llamas. Trágico aquí y allá.
Septiembre incierto y triste. Septiembre se extiende hasta hoy y sigue siendo incierto y triste.
Octubre viajero. Asturias agridulce. Barcelona múltiple. Sagrada Familia, abrumadora genialidad.
Noviembre, lluvia. Sol. Hineni.
Diciembre se despide ya, paseando entre las callejuelas de Lisboa... extendiendo la "saudade" desde mi tierra hasta aquí. Me despido con esos abrazos magnéticos de los que es tan difícil soltarse. 

En resumen: Ítaca, nieve y luz. ¿Para qué más?

29 de noviembre de 2016

11 de noviembre de 2016

HINENI, HINENI

     
     Aquí en Ítaca, así me veo, abrazado a la guitarra del abuelo, vestido de negro en un día negro, con mi cúmulo de dudas acrecentado hasta casi tocar el sol... empiezo a notar que la cera de mis alas se derrite como lágrimas en la lluvia...

     Esta mañana mis brazos envenenados se estremecían mientras escuchaba las distintas oraciones que se sucedían en la radio... recogidas en las voces de Nina Simone, Morente, Jorge Drexler y Jeff Buckley. El granadino de Lagartija Nick decía que Enrique Morente miraba a Leonard Cohen con los ojos de un fan, haciéndose el encontradizo, de la misma forma que ellos miraban a Morente. De la misma forma que yo miré cara a cara a Luis Eduardo Aute, en aquel camerino lleno de humo, con los ojos sobrepasados de admiración. De la misma forma que Javier Ruibal miraba a Morente. De la misma forma que miraré a Javier Ruibal en el concierto de esta noche, cuando él pida silencio para cantar A Morente.

     Dejo aquí los dos posts que escribí sobre Leonard Cohen en este blog (en 2010 y 2011).

     Pero volvamos al silencio. Somos oscuridad. Y Leonard Cohen entrega su vida diciendo: "Lo quieres más oscuro... mataremos la llama. Aquí estoy. Aquí estoy". (You want it darker... we kill the flame. Hineni, Hineni". Esta canción suena a aleluya, a despedida, a honestidad y aullido, a oración y a gloria merecida. Los versos de esta canción son absolutamente estremecedores. Magia contenida en los dedos del que escribe. David Bowie también encaraba su final en su último disco.

Somos seres vulnerables. No somos más que una hoja que cae del árbol perenne.

HINENI
HINENI



...asombra 
su corazón de música y de pena,
borracho melancólico,
guitarrista lunático, poeta,
y pobre hombre en sueños,
siempre buscando a Dios entre la niebla.
(Antonio Machado)



En memoria de Leonard Cohen, guitarrista lunático,
y en memoria de M.C. , que se ha convertido en ave fénix que renace y vuela libre.

Somos seres vulnerables... "y hasta a morir os acompaño, siempre y cuando resucitemos, y el cielo se vuelva nuestro esclavo".
 

4 de octubre de 2016

Se nos recordará por esto


Este es Omran. Se nos recordará por dejar que ocurra. Por cierto, su hermano no sobrevivió.


           Los líderes mundiales se reunían estos días para decidir el futuro de los refugiados –cuando ya han fallecido más de 3500 personas en el mar Mediterráneo ESTE AÑO–. Sin embargo, no se reúnen para resolver el problema. En las cumbres no vinculantes de esta semana pasada se reúnen para acordar que van a posponer las decisiones hasta 2018. A partir de 2018, se reunirán para comentar a ver qué se puede hacer para gestionar la crisis. O no. Por supuesto, no se reúnen para acabar con el problema desde la raíz, resolviendo el conflicto en los países en guerra, porque tienen enormes intereses allí y es mucho lo que se juegan. Aquí hablé ya de los líderes que nos guían, líderes que se guían a sí mismos, líderes expertos en sucias artes de la parásita ambición y el desdén más absoluto. Mientras tanto, siguen y seguirán muriendo miles de personas; pero da igual, sólo son refugiados y tal. 

Son refugiados que sólo quieren poder volver a su tierra. El periodista Miguel A. Rodríguez, trabajador humanitario y responsable de comunicación externa de Cruz Roja Española, es un empedernido que da difusión constante a la situación de los refugiados; escribe con la certeza de quien sabe de lo que habla porque lo ha vivido, y lo cuenta con emotividad y crudeza, dando zarpazos y mimando simultáneamente. Suele decir en su cuenta de Twitter ( @Marodriguez1971 ), que hay que estar muy jodido para meter a tus hijos en una barca de juguete, con un salvavidas de juguete, y lanzarse al mar. Hay que tener la sangre muy fría para escribirle en el brazo a tu propio hijo un número de teléfono. Por si acaso. (Un artículo de Miguel A. Rodríguez de marzo de 2015 nos hace ver que todo sigue igual: Leer aquí. Otras imágenes relacionadas, aquí.
 
Cifras que ya habrán crecido a fecha de hoy. Ya nadie se acuerda de Aylan. Se nos recordará por esto.

Tristemente pienso que se nos recordará por esto.  Se nos recordará igual que se recuerda la 2ª Guerra Mundial… los campos de concentración alemanes, Hiroshima… Me temo que se nos recordará por esto, porque estamos dejando que pase, y nuestra indiferencia es culpable de esto. Vivimos en una guerra global, con un enorme conflicto a escala mundial en el que el escenario puede ser Francia, Siria, Egipto, EE.UU., Yemen, Sudán, España… Y es “global” también en otro sentido: en el sentido de que todo vale: Los bombardeos sistemáticos a hospitales, los asesinatos de voluntarios, cooperantes y trabajadores humanitarios… se están saltando todas las leyes de la guerra y la idílica Convención de Ginebra; ocurren tantas atrocidades que es difícil de asimilar.

Se nos recordará por no hacer nada. Por mantenernos en nuestra cómoda indiferencia. Por aparentar ignorancia por aquello de que “lo que no se sabe no ocurre”. Se nos recordará porque dejamos que se echasen al mar y se los tragase la oscuridad del Mediterráneo.
           
                    ¡Échate al mar, inmigrante! 
                    ¡Échate al mar perforando las noches! 
                    ¿Por qué conformarse con la vida... 
                     cuando tienes toda una muerte por delante? 
                                (Extraído de la rapsodia teatral El Regreso de Beethoven).


          Las primeras noticias de la semana pasada decían que han atacado un convoy humanitario de la ONU. La ONU es una entidad anacrónica e incapaz que intenta sobrevivir sin ninguna fuerza real para resolver problemas, y que sin embargo ayuda como puede a través de convoys, cascos azules, etc. El ataque a este convoy no ha sido una bala perdida, ha sido un bombardeo que ha destruido 18 de los 31 camiones que llevaba alimentos a los 78000 habitantes de Big Orem, en Alepo (Siria). Un artículo de El País habla de “el hambre como arma de guerra”, lo cual es absolutamente desolador. Los ataques a hospitales, escuelas y objetivos civiles son prácticas habituales en estas guerras sucias a veces apoyadas o incluso promovidas por los gobiernos de grandes potencias, por los intereses que dichas potencias tienen en estos territorios. Es decir, por los mismos líderes que nos guían. EE.UU. y Rusia (los mismos líderes que manejan los hilos) organizan y conceden a su antojo una escasa tregua que ya se desvanece en el Mediterráneo junto a los miles de muertos, sumiéndoles en una espiral de la muerte de la que es imposible escapar.

Ese es el destino que aguarda a muchos de los que lo dejan todo y se adentran en el mar y, además, es imposible saber si es peor irse o quedarse. En una ciudad de millones de habitantes como Alepo, ya apenas quedan 250.000 habitantes. Habitantes… o más bien supervivientes, teniendo en cuenta que Siria cuenta ya más de 250.000 muertos. Si te vas, te enfrentas al peligro de salir del país, a la gelidez de las fronteras y a la fuerza de un Mediterráneo sin escrúpulos. Si te quedas, tendrás que vivir entre los escombros, sin agua, luchando por la vida de tus hijos, si es que siguen vivos, sabiendo que no quedan escuelas, ni apenas hospitales (Concretamente, en Alepo quedan 6 hospitales de los 21 que había). Corrijo: Eran 6 cuando comencé este artículo. Ya sólo quedan 5 hospitales en Alepo. Quedan 30 médicos en Alepo.  

Se nos recordará por esto.


 



24 de septiembre de 2016

De repente... ÍTACA.



“Debes irte, Ítaca te espera”.
Así empezó todo.

                Este blog viene recogiendo cúmulos de dudas desde 2004 en ya.com y desde 2008 en esta web. Ahora, doce años después del inicio y seis años después del primer post de esta nueva ubicación, este blog inicia un nuevo camino con un nuevo aspecto, una nueva dirección y una nueva personalidad. Porque este blog será distinto desde hoy, aquí en Ítaca.

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.

Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.

                                              Kavafis



                Este blog renace hoy, tras dos años de inactividad justificada (hasta llegar a Ítaca), con el nombre de Neoícaro empedernido y en la ubicación de Ítaca. Es así porque el joven lobo se fue transformando, y sólo con el impulso de las alas de un nuevo Ícaro se puede alcanzar la nueva raíz de Ítaca. Ala y raíz, la eternidad es eso. Sin embargo, si vuelo demasiado cerca del sol, tal vez nunca pueda regresar. El reverso de vivir en Ítaca es todo lo que dejé atrás.
  
Mar de nubes... Ítaca
                
               Quién me iba a decir a mí que llegaría a una Ítaca inalcanzable, después de un largo viaje de más de diez años. Quién me iba a decir a mí que me sumergiría buceando junto a un tiburón ángel, a un metro escaso de distancia, o que vería ponerse el sol tras la montaña más alta de toda Ítaca, paseando entre la inmensidad de un mar de nubes. Ahora deambulo entre volcanes, paseo entre dunas, me dejo azotar por la fuerza del océano, y el viento golpea mi cara a su antojo. Este blog pretende ser así: fuerte y constante, impertinente y emotivo, feroz o asustado, atroz o reconfortante, mordaz y decidido… ahora puede ser valiente y cómo no: empedernido; pero todo no será más que un cúmulo de dudas. 

                Quién me iba a decir a mí que cambiaría mi paisaje por púrpura oleaje. A mí, que bandoneé mis pasos sin remedio y aún no sé dónde está el norte. A mí, que saludé al tritón y sé que no soy nada y nunca seré nada. Aquí en Ítaca es difícil perderse. A mí, que ahora seré una hora menos, mas una hora más valioso cada día.

"Te diré, Kavafis, 
que no siempre es necesario llegar a Ítaca, 
mas si no hubiera emprendido el camino 
jamás hubiera conocido esta isla".

Mi infinita gratitud a quien me bautizó Neoícaro, a quien descubrió magia escondida entre mis dedos.


PD: Pero no se nos recordará por esto.