7 de agosto de 2012

AQUÍ. AHORA.


Después de la última vez... mi "jefa" me decía: "cuántas veces he dicho 'esta es la última vez...'". Me daba las gracias y me decía que fueron días de emoción y vida...
Yo le respondí que no... Que no. Que gracias a ella... que el Teatro es alimento para el espíritu... y eso hay que alimentarlo más que con pan.

Este día uno de agosto me volvió a morder ese extraño animal que es como el amor, que muerde a quien más lo alimenta. No fue Teatro... Fue Poesía y fue Música, porque la creatividad hay que sacarla fuera cuando te muerde y hay que ofrecerse entero a la inspiración y a la emoción, de la manera que sea... porque la imaginación es el idioma de los dioses. "Que nos importe sólo el lugar donde estamos". Aquí. Ahora.

Ofrecimos nuestros DIÁLOGOS CON LA MÚSICA, un recital de Piano y Poesía que ya está recibiendo grandes elogios... pero eso es lo de menos...: ¿Qué me impulsa? ¿Qué hicimos allí? 
Me muevo por impulsos... y allí nos volcamos a uno de ellos.

La Poesía es siempre consecuencia. La Poesía es bálsamo del espíritu, y ahora que el mundo pende en el abismo, es necesario encontrar una chispa de vida que dé sentido a tanto sinsentido...

El esfuerzo es enorme e impagable... pero la recompensa es infinita y duradera. Se estrechan lazos con cadenas que unen sin atar... y es que con gente así todo es tan fácil... Me reconozco afortunado.


Y hoy me hago eco de algunas de las palabras cuyos ecos aún resuenan entre paredes de piedra... porque el amor es un acto de sangre, y la sangre me mueve y me alienta.

"Para que este piano suene así... para temblar así con esta música...
ha sido necesario ir llenándola poco a poco de belleza y de daño...
ir llenándola con nuestra propia vida". 

Por eso dedico estas palabras a la "jefa"... a mi "jefa", mi sangre... que viene sufriendo el ataque de otro animal, más peligroso y cobarde.


Han sido días duros... aguantando la sonrisa, e intentando contagiarla. Os vi haciendo lo mismo contagiándome a mí. Estoy algo triste, y sé que "descenderemos al abismo, mudos, mudos"... Pero la esperanza siempre es más fuerte y repito gritando que abandone la esperanza quien entre en su alma y no encuentre nada. Eso me hace más fuerte. Y a veces la poesía es más triste que la propia tristeza... y eso me alivia. Y el poeta, fingidor, sufridor, crece... y se entrega.  

Y ahora imagino a mi jefa... toda rodeada de abrazos... de esos que "llenan los huecos infinitos, de esos que se vierten como el sol anocheciéndose"... de esos que levantan el espíritu nostálgico... y yo aquí, ahora... le digo que no olvide nunca que...:

"Hay voces en la Tierra
recorriendo esperanzas".


Abrazaos... millones de criaturas...
que ya un inmortal aliento llega.


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