31 de diciembre de 2017

BALANCE 2017


Llegué como un jallo, arrastrado por la marea.

Enero asentado, breve y cálido. Enero fraternal que me trae feliz y eterno.
Febrero de Nadie, de letras y desamor. Arrebatador. Por primera vez, sin alergias.
Marzo trajo cosas que no creeríais. La oveja surfera no fue lo más extraño que vi. Visitas nuevas.
Abril trajo raíz. Toda mi raíz. Sin lluvias.
Mayo llevó alas. Entre patios de Córdoba y salmorejo. Vuelta a Ibros (25 años no es nada), y visita a Canena.
Junio siempre llama a Beethoven. Arde Doñana y Platero corre huyendo de las llamas.
Julio Machango, surfero y de estreno: Zoom Zoom.  Verano duro.
Agosto fue deportivo: slalom de conos, y 100 m. lisos sombrero en el aeropuerto. (Cosas que no creeríais). Despedida de Bolt. Agosto de oscuridad y silencio.
Septiembre de traumatólogo, valium y rehabilitación. Verano duro. Ítaca en llamas.
Octubre vino frío, con cortinas de humo y quejumbres de óxido. Vergüenza por la Concordia europea.
Noviembre de vacaciones merecidas y fisioterapia.
Diciembre de "no es Ítaca todo lo que reluce", mi primera denuncia. Vuelta a casa por Navidad, donde cuidáis mi raíz. Mi nieve. Mi roca. Mi selva. Y yo aquí sigo cultivando mi ala.

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